sábado, 16 de noviembre de 2013

El Gran Milagro



 El gran Milagro.

 Con motivo del año de la fe la fraternidad de la Merced (Caracas-Venezuela) tuvo la iniciativa de realizar un cine foro, en el cual se compartirán con los hermanos de las diferentes fraternidades la siguiente reflexión, para enriquecimiento de todos los hermanos y de todos los lectores.

El gran milagro es una breve película en la cual se nos muestran las realidades humanas y espirituales por las que las personas pasamos  día a día; la monotonía del diario vivir y las diversas cortinas espirituales que vemos plasmadas, como el dolor, la preocupación,  las distracciones los chismes y otros vicios que no nos permiten ver con claridad las maravillas que nos regala el Señor.

Ante las diversas dificultades de la vida debemos tener la certeza de que Dios nos acompaña, y Él espera solo una respuesta: nuestro amor.

La santa Misa es el mayor milagro que existe, es el milagro del amor y de la misericordia, tal es éste amor divino que somos los únicos privilegiados en comer su santísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, que ni los ángeles ni criatura alguna tiene tal privilegio. Por tanto, valoremos la Sagrada Misa con espíritu dócil y tomemos conciencia de en donde estamos y en qué estamos, entregándonos en cuerpo y alma al encuentro Divino.

 Las diversas distracciones como la falta de concentración, la irreverencia, los celulares sonando, el hablar inútilmente en el pleno Sacrificio es obra de seres diabólicos, que incitan con sus poderes a proseguir en tales actitudes. Su acción silenciosa imbuye al alma distraída con la sutil tentación que le sugieren: “sigue sigue, cae en la tentación de estar en el caos, de estar lejos de Dios…ése es mi propósito.” Más en tales tentaciones no estamos indefensos, contamos con la Gracia, la Santísima Virgen y la ayuda de nuestros Ángeles Guardianes, sin embargo hay un factor determinante: nuestra voluntad, que es la que permite o no dejar actuar al Señor.

Por tanto en tales situaciones debemos dominar nuestras pasiones(internas y externas), esas que nos invitan a no prestar atención, a ver a los otros…a centrarnos en todo menos en Aquel que es, que era y que ha de venir.
Vivamos pues, la gran fiesta del encuentro real con Dios, con una conducta propia del que busca al Amor de los amores.

La Eucaristía es el sacrificio real e incruento de nuestro Señor Jesucristo, eh aquí que se hace presente en cada Misa, junto con las 3 iglesias: la triunfante, la purgante y la militante, todos en una perfecta comunión; teniendo en cuenta también, el interceder por las benditas almas del purgatorio, en vista de que ya no pueden hacer nada por ellas mismas; somos nosotros los que aún estamos en este peregrinar quienes “ganamos méritos” para nosotros y para ellas.



 

No nos olvidemos de ayudarlas ya que ellas también interceden por nosotros.

Entre los puntos concretos que podemos establecer para una eficaz vivencia Eucarística tenemos:

·        Tener una buena disposición de alma y cuerpo, dejando todo problema, angustia, ira, preocupación fuera de nuestra alma.

·        Tener un buen comportamiento, centrándonos con conciencia clara en la Santa Misa, que es presencia viva de Dios.

·        Ofrecer al Señor nuestras obras, sabiendo que lo extraordinario está en hacer lo ordinario santamente.

·        La Eucaristía debe cambiarnos: la palabra y el encuentro intimo con Dios debe causar cambios en nuestra alma, en nuestro ser, saliendo de forma diferente de la Misa.

·        Llevar la buena nueva que hemos recibido a los demás hermanos que tienen hambre y sed de Dios, ya sea con nuestro ejemplo, nuestras palabras o con sencillos detalles como una sonrisa, un abrazo, etc.

·        Recibir al Señor con una rectitud de intención y con pureza de corazón.

·        Interceder por los vivos y los difuntos.

·        Orar por todos los sacerdotes, quienes son representantes de Cristo en la tierra; por ellos se nos administran los santos sacramentos que nos dan salud al cuerpo y al espíritu.
 

·        Saber que tenemos una Madre que nos cuida, nos oye e intercede por cada uno de sus hijos.

Ya para culminar queridos hermanos, recordemos que mediante la fe encontramos a Cristo vivo, al Cristo cercano; Él mora dentro de nosotros irradiándonos gracias, bendiciones y todo aquello que le pidamos para el crecimiento de nuestro espíritu. No dejemos que, por el hecho de no poder ver las realidades espirituales caigamos en una rutina que nos aleje de la magnificencia sobrehumana del Santo Sacrificio.

Jesús quiso permanecer con nosotros hasta el fin de los siglos porque su amor no puedes soportar dejar huérfanos a quienes más ama.
Si tan solo supiéramos lo mucho que los ama y cuanto desea tener nuestro amor, nuestra confianza, seguramente todo sería distinto. Por tanto abramos nuestros corazones a Dios y comprendamos con la mente y el corazón que su luz vive dentro de nosotros.

El que ama da a conocer al amado, respondamos con presteza y hagamos conocer las maravillas que suceden en la Eucaristía.
Oremos:
Padre Santo, tú que nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio del Espíritu Santo a fin de que  no solo con palabras sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar a tu Reino tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Te invitamos a ver el Gran Milagro. Da clic en el link:
http://en.gloria.tv/?media=417295
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Paz y bien.