Querido hermano(a) que me lees, ruego, por favor tus oraciones por nuestros hermanos en Egipto. Nuestros hermanos necesitan de nuestras oraciones para que la guerra cese y no evolucione como está "evolucionando" Todos somos hermanos, la vida no le corresponde al hombre quitarla, eso le corresponde a Dios. Hoy miles de personas fallecieron por una bomba de gas venenoso...entre ellos muchísimos niños, adolecentes, mujeres y hombres.
Oremos sin cesar..., el cartel dice el Santo Rosario; los que gusten unirse a esta cadena de oración en específica bendito sea Dios, si gustas otro método de oración bienvenido sea.
Los que posean la Liturgia de la Horas les invito a rezar el "oficio a los difuntos"
Les ofrezco algunos réquiem por los hermanos fallecidos (algunos son cantos, otros oraciones).
I
Al paraíso te lleven los ángeles a tu llegada te reciban los mártires
y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén.
El coro de los ángeles te reciba
y junto con Lázaro, pobre en esta vida,
tengas descanso eterno.
Amén.
y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén.
El coro de los ángeles te reciba
y junto con Lázaro, pobre en esta vida,
tengas descanso eterno.
Amén.
II La muerte no es el final:
Tú nos dijiste que la muerte,
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos.
Nuestro destino es vivir
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
Cuando la pena nos alcanza
por un hermano perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.
En tu Palabra confiamos,
con la certeza que Tú
/ ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz. / (2)
Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo.
Nos regalaste la vida
como en Betania al amigo.
Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
/ porque, muriendo, vivimos
vida más clara y mejor. / (2)
Letra y música: Cesáreo Gabaráin
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos.
Nuestro destino es vivir
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
Cuando la pena nos alcanza
por un hermano perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.
En tu Palabra confiamos,
con la certeza que Tú
/ ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz. / (2)
Cuando, Señor, resucitaste,
todos vencimos contigo.
Nos regalaste la vida
como en Betania al amigo.
Si caminamos a tu lado,
no va a faltarnos tu amor,
/ porque, muriendo, vivimos
vida más clara y mejor. / (2)
Letra y música: Cesáreo Gabaráin
Dales Señor el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua, que descansen en paz.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios, descansen en pazn.
Amén
Amén